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¿Qué es la lactasa y por qué es importante?
La lactasa es una enzima que se encuentra en el intestino y ayuda a descomponer la lactosa (el azúcar de la leche) en glucosa y galactosa, dos azúcares más simples que nuestro cuerpo puede absorber. Esta enzima es muy importante cuando somos bebés, ya que la leche es nuestra principal fuente de energía. La intolerancia a la lactosa ocurre cuando el cuerpo no produce suficiente lactasa, lo que dificulta la digestión de la lactosa.
Las personas intolerantes suelen tener entre un 10% y un 30% de actividad de lactasa y solo presentan síntomas al consumir grandes cantidades de productos lácteos.
Tipos de intolerancia a la lactosa: causas y características
Hay cuatro tipos de intolerancia a la lactosa:
- Hipolactasia del adulto. Es la más común, ya que en muchos casos la cantidad de lactasa va disminuyendo con los años.
- Déficit de lactasa congénito. Es muy rara y está presente desde el nacimiento.
- Intolerancia a la lactosa secundaria. Sucede después de ciertas enfermedades del intestino delgado, pero puede mejorar cuando se recupera la salud.
- Déficit de lactasa en bebés prematuros. Los niños prematuros pueden tener bajos niveles de lactasa, la intolerancia es transitoria.
Intolerancia a la lactosa en el mundo: variaciones geográficas y culturales
Algunas personas, especialmente en el norte y oeste de Europa, o en tribus nómadas, siguen produciendo lactasa suficiente durante toda su vida y no presentan síntomas. En cambio, en otras regiones del mundo, como Asia y África, la mayoría de las personas tienen intolerancia a la lactosa. En España, se estima que entre el 30% y el 50% de la población tiene alguna dificultad para digerir la lactosa. Las personas intolerantes suelen tener entre un 10% y un 30% de actividad de lactasa y solo presentan síntomas al consumir grandes cantidades de productos lácteos.
Tratamiento dietético: cómo manejar la intolerancia a la lactosa sin perjudicar la salud
El tratamiento de la intolerancia a la lactosa busca reducir la ingesta de este azúcar hasta un nivel que no provoque síntomas, garantizando al mismo tiempo una nutrición equilibrada. No es necesario eliminar completamente la lactosa de la dieta, ya que pequeñas cantidades pueden ser bien toleradas. Para un tratamiento nutricional adecuado, se deben considerar los siguientes puntos:
- Un diagnóstico preciso.
- Mantener un aporte calórico y proteico adecuado.
- Evaluar la necesidad de suplementos de calcio y vitamina D.
- Utilizar productos que mejoren la tolerancia a la lactosa.
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