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Malabsorción de fructosa: causas, síntomas y cómo tratarla correctamente

Foto de Melissa Walker Horn en Unsplash

¿Qué es la malabsorción de fructosa?

La malabsorción de fructosa ocurre cuando el intestino no puede absorber correctamente este azúcar debido a un fallo en los transportadores encargados de su absorción. Como consecuencia, la fructosa se acumula en el intestino delgado y pasa al colon provocando síntomas molestos como hinchazón abdominal, gases, retortijones y diarrea.

¿Cómo se absorbe la fructosa en el intestino?

La fructosa, al igual que otros azúcares como la glucosa y la galactosa, se absorbe en el intestino mediante transportadores específicos:

  • Glucosa y galactosa: Usan el transportador SGLT1, dependiente de sodio, para ingresar al enterocito, y luego pasan al torrente sanguíneo a través del GLUT2.
  • Fructosa: Utiliza el transportador GLUT5, para entrar en el enterocito, y también usa GLUT2 para salir al torrente sanguíneo.

La absorción de fructosa a través del transportador GLUT5 es limitada y puede saturarse rápidamente. Sin embargo, cuando consumimos fructosa junto con glucosa, su absorción mejora, ya que ambas pueden entrar juntas al cuerpo usando el transportador GLUT2. Esto facilita que una mayor cantidad de fructosa sea absorbida.

Términos clave para entender el proceso

  • Lumen intestinal: El espacio dentro del intestino donde los alimentos en digestión entran en contacto con las células encargadas de absorber nutrientes.
  • Enterocito: Célula que recubre el intestino delgado y se encarga de absorber nutrientes como glucosa, fructosa y galactosa.
  • Membrana apical: Parte del enterocito que está orientada hacia el lumen intestinal, donde se produce la absorción inicial de los nutrientes.
  • Membrana basolateral: La parte del enterocito que se conecta con el torrente sanguíneo y permite el paso de los nutrientes hacia la circulación.

Posibles causas del aumento de la malabsorción de fructosa

En las últimas décadas, el consumo de fructosa ha aumentado considerablemente debido a su uso masivo en alimentos procesados. Aunque la fructosa se encuentra de forma natural en frutas, verduras y miel, su uso como edulcorante y conservante en productos como refrescos, zumos, caramelos y bollería ha disparado su ingesta. Incluso algunos alimentos salados como salsas y carnes procesadas también contienen fructosa, lo que ha podido contribuir al aumento de casos de malabsorción.

¿Cómo se diagnostica la malabsorción de fructosa?

El diagnóstico se realiza mediante una prueba de aliento, que mide los niveles de hidrógeno y metano en el aire exhalado (expulsado a través de los pulmones) después de ingerir una dosis de fructosa. Si los niveles de estos gases aumentan significativamente, es indicativo de malabsorción. Dado que los síntomas de este trastorno pueden parecerse a los de otras intolerancias o problemas digestivos, es crucial un diagnóstico médico adecuado para aplicar el tratamiento correcto.

Tratamiento nutricional para la malabsorción de fructosa

El tratamiento consiste en reducir el consumo de alimentos ricos en fructosa y otros edulcorantes como el sorbitol, ya que ambos compiten por el transportador GLUT5 y esto puede empeorar los síntomas. Es esencial llevar a cabo este tratamiento bajo la supervisión de un dietista-nutricionista, quien te guiará en un proceso personalizado. Se recomienda iniciar con una dieta estricta eliminando los alimentos problemáticos y luego reintroducirlos de forma gradual para identificar los que desencadenan los síntomas. Este enfoque individualizado es clave para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas y asegurar sus requerimientos nutricionales.

Para más información y orientación personalizada, contacta con nosotros: rocio@diethas.es

 

 

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